No somos seres aislados, sino sujetos grupales, necesitamos de los otros. A veces, cuando uno está enfermo adquiere alianzas negativas, que le llevan a permanecer en la enfermedad, “relaciones tóxicas o más bien, maneras tóxicas de relacionarse” en el grupo hay un ambiente de curación, de resolución de los conflictos, un ambiente que pacta con la salud y no con la enfermedad.

La terapia de grupo de orientación psicoanalítica es, combinada con un abordaje médico desde la medicina integrativa, de gran efectividad para el manejo de patologías que afectan al cuerpo: enfermedades orgánicas o trastornos psicosomáticos. Cuando enfermamos lo hacemos de manera global. El cuerpo se afecta, pero cuerpo y psiquismo son inseparables, por lo tanto, también se afecta el psiquismo, el alma, la mente. La orientación psicoanalítica no es la imperante en España, pero sí en América Latina, USA y en otros países europeos (Francia entre otros), donde se han realizado experiencias con múltiples grupos de pacientes. Hay un gran número de publicaciones que demuestran la eficacia de la psicoterapia en el cáncer (Speagel, 1986), en la hipertensión, en los trastornos de la alimentación (anorexia, bulimia, obesidad), en la fibromialgia, y otras enfermedades crónicas. Los hallazgos de la psiconeuroinmunología demuestran la afectación de la función del sistema inmune por los estados de ánimo, por un lado, y su posible influencia positiva con la psicoterapia, por el otro.

 

Beneficios del psicoanálisis grupal (terapia de grupo) con respecto a la terapia individual
  • Es menos gravosa económicamente.
  • Una de las primeras cosas que puede sentir el paciente es que él es un caso único, que su sufrimiento no tiene parangón con el de ningún otro humano. Esta idea errónea no hace más que aumentar el aislamiento y la sensación de soledad. Encontrar otros humanos como él, con padecimientos similares ayuda al paciente a enfocar de otra manera su enfermedad y a abandonar el aislamiento y dejar de sentirse solo. Una de las características de esta percepción de la enfermedad es el ensimismamiento. Pactar con otros, escuchar a otros, nos hace salir de nosotros mismos, dejar de “mirarnos tanto el ombligo”, situación que empeora marcadamente los síntomas.
  • Además, al no centrar la terapia únicamente en la enfermedad, sino en los sujetos, esta se relativiza, los pacientes la sitúan como algo más que les pasa y no como lo único que les sucede. Entienden que ellos tienen una enfermedad, pero no son la enfermedad. Además de estar enfermos, sufren, ríen, aman, trabajan… El psicoanálisis no sólo ayuda al paciente a producir salud, también le aporta elementos para poder, si lo desea, amar más libremente, apreciarse más, adquirir templanza y paciencia frente a los cambios de la realidad, mejorar sus relaciones personales y laborales, su rendimiento, su sexualidad, etc. Es también una herramienta de crecimiento personal.
  • El grupo actúa además como espejo, aquello que yo no soy capaz de ver en mí, por narcisismo (no puedo aceptar mis errores), por negación (me parece tan horroroso lo que llego a pensar a veces, que, por no poder soportarlo, lo niego), el grupo me ayuda a darme cuenta de que no soy tan “bicho raro” como pensaba. Hay cosas comunes a casi todos los humanos, y que ningún pensamiento es grave, puesto que es solo eso, un pensamiento, no es la realidad. Eso que no puedo ver en mí, lo veo muy fácilmente en los otros y me ayuda a reconocerlo en mí mismo y a poder transformarlo, el reconocimiento de un problema es la primera piedra del edificio de su resolución.
  • Además, el grupo produce uniones entre sus integrantes, enfermarse también es una cuestión de energía, la enfermedad a veces nos vence, porque es más fuerte, tiene más energía que nosotros, pero si hacemos alianzas para la salud, si entramos en un trabajo grupal, ya la fuerza de la que disponemos no es únicamente la fuerza propia, sino que es la fuerza de todo el grupo. En el grupo se genera una energía que un sujeto solo no puede generar y que podrá ser aprovechada por todos.
  • Y por último: escuchar cómo el otro ha solucionado sus conflictos, los mecanismos que ha desarrollado para evitar algunos síntomas o malestares de la enfermedad, pueden ser de mucha utilidad a todo el grupo.
  • Los grupos están coordinados por una especialista en trabajo grupal, que permitirá que los integrantes se expresen con libertad e intervendrá para ayudarles a pensar a favor suyo.
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