La terapia neural es un instrumento terapéutico poco conocido, sin embargo bajo manos expertas y aplicado con rigor, los efectos beneficiosos son evidentes. El objetivo de la terapia neural es corregir las alteraciones bioeléctricas del organismo enfermo que, como las bioquímicas, participan en la pérdida de la salud y la creación de la enfermedad.

Todas las partes de nuestro cuerpo están relacionadas entre sí. El sistema nervioso tiene ubicuidad, es decir, representación en la totalidad del organismo. Es un integrador de los diferentes órganos y tejidos de nuestro cuerpo. La información que percibimos a través de los diferentes órganos y tejidos de nuestro cuerpo. La información que percibimos a través de los sentidos (ojos, oídos, piel …) viaja de forma bidireccional a través de la matriz extracelular, en parte debido a que mente, órganos y tejidos están conectados a una misma red nerviosa. Nuestro cerebro percibe la posición de un pie sin verlo, por ejemplo.

Cuando nuestro cuerpo es sometido a un estímulo muy fuerte o se produce una irritación sobre esa red nerviosa (como una determinada lesión cicatrizal), surge lo que denominamos un «Foco Interferente» (Cicatrices de cualquier tipo, infecciones y secuelas, intervenciones quirúrgicas, quemaduras y abrasiones, piezas dentales alteradas,..) que puede entorpecer e incluso obstaculizar la información que viaja a través del sistema nervioso neurovegetativo y favorecer así la aparición de alteraciones orgánicas siendo capaz de expresarse como un síntoma o una enfermedad.

La técnica de la Terapia Neural actúa directamente sobre el foco interferente, corrigiendo dichos bloqueos que actúan afectando a determinados órganos. Lo consigue mediante la inyección subcutánea de microdosis de medicamentos «neuralterapéuticos» que, inyectados en puntos específicos, logran restablecer el orden eléctrico perturbado, estabilizando el potencial transmembrana y normalizando los impulsos eléctricos hacia el sistema nervioso.

Efecto neuralterapéutico

Las bases científicas de la terapia neural tienen sus inicios en las investigaciones de los científicos rusos Pavlov y Speransky y, más tarde, en la de los hermanos Huneke. La célula tiene un potencial de membrana aproximado de -90 mV. Estímulos irritativos demasiado fuertes o interrupciones energéticas (como cicatrización anómala, heridas …) mantienen la desporalización y la célula no es capaz de recuperarlo por sí misma. El sistema nervioso percibe constantemente una irritación (similar al fenómeno del miembro fantasma).

El medicamento neuralterapéutico en baja dilución y en microdosis, con sus 290 mV, repolariza y estabiliza paulatinamente el potencial de membrana, mejora la permeabilidad capilar y normaliza las funciones vegetativas interferidas. Pasado el efecto anestésico que posee la procaína, las células tratadas de los tejidos, retienen el potencial eléctrico recuperado y se busca una normalización progresiva.
Puede ser que, dependiendo del estado inicial del proceso y de otros factores, sean necesarias repetidas aplicaciones de las inyecciones subcutáneas. en cada tratamiento se acerca a una estabilización del potencial de membrana normalizado a -90mV.

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