Los procesos neurodegenerativos presentan en nuestra sociedad una alta incidencia y prevalencia. Hablamos de pérdida de memoria asociada a la edad, deterioro cognitivo, enfermedad de Alzheimer (EA), Parkinson, Esclerosis Múltiple (EM), Esclerosis lateral amiotrófica (ELA), Enfermedad de Huntington y otros procesos.

Todos ellos presentan como características su cronicidad y su evolución progresiva. Son enfermedades que no sólo afectan a quien las sufre sino también a su entorno, a los cuidadores informales. Lesionan áreas físicas vinculadas con la esencia humana; la memoria, la percepción., los sentimientos, la capacidad de tomar decisiones. Aspectos tan vitales de la vida humana que generan efectos muy devastadores, provocando un especial sufrimiento.

La medicina integrativa ofrece opciones en varios momentos; en primer lugar en el campo de la prevención de estas enfermedades con diagnósticos muy precoces y también con acciones terapéuticas preventivas que disminuyen los riegos de aparición de los síntomas. No tiene sentido hoy en días «no hacer nada» ante estos cuadros. La farmacología actualmente solo presenta respuestas parciales. Es aquí donde se pueden poner en acción programas de neuroprotección que combinan aspectos nutricionales (dietas adecuadas), suplementación con nutrición ortomolecular con uso de antioxidantes potentes y administración de complementos naturales que reducen el envejecimiento neuronal porque son nutrientes del sistema nervioso. Se programan ejercicios individualizados y se diseñan actividades de estimulación cognitiva.

Todos estos tratamiento nuevos buscan potenciar aspectos a los que no suele darse importancia. Las capacidades terapéuticas de las técnicas mente-cuerpo (técnicas de relajación, musicoterapia y ejercicio de estimulación cognitiva, coherencia cardíaca …) y las técnicas de la medicina energética (biorresonancia, acupuntura…) o los importantes aspectos de la nutriterapia y de la nutrición buscan reducir los riesgos cardiovasculares y neurodegenerarivos.

En los pacientes en fases iniciales de este grupo de patologías hay avances notables en el papel que una buena micronutrición cerebral puede tener en muchos pacientes, tanto en la mejora de su calidad de vida, como en retrasar los síntomas y acontecimientos que más suelen deteriorar. Con ello y de forma sencilla, el progreso de estas enfermedades se vuelve mas lento y se reducen las crisis de dolor, dificultad en el sueño, inquietud o agresividad o deterioro avanzado de la memoria.

También, en CMI – Clínica Medicina Integrativa dedicamos espacio y tiempo  a ayudar en conocimientos y en apoyo a los que deben cuidar a estos familiares especialemnte en fases avanzadas. los «cuidadores informales» suelen estar muy abandonados a su labor. Para nosotros son un colectivo esencial y son incluidos en programas de «paciente experto» que le permite cuidar mejor y autocuidarse.

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