El VPH representa un amplio grupo de virus de cerca de 130 tipos distintos. Unos 58 están en relación con patologías y de ellos los virus denominados 16, 18 (representan el 70%), 31, 33, 39, 45, 48 están vinculados a patologías más graves. No hablamos de agentes biológicos que generen enfermedad grave como displasias cervicales o cáncer de cuello de útero de forma inmediata. Las personas que están infectadas y han sido diagnosticadas deben saber que la infección viral pone en marcha mecanismos de protección celular por parte del epitelio cervical que en numerosos casos son exitosos. Por eso una información exagerada genera un escenario de miedo que no beneficia nada. Hay que evitar infectarse y si hay infección se sabe que los controles adecuados y un tratamiento correcto tiene en numerosos casos éxito.
Los virus están relacionados con expresiones clínicas como verrugas, papilomas, condilomas, cáncer cutáneo no melanoma. Muchas veces hay que tener en cuenta las infecciones asociadas al VPH, como herpes y/o Chlamydias. Y controlar los procesos de inflamación crónicas de los epitelios afectados y del organismos general.  Potenciar los mecanismos propios de defensa importa mucho.
Y eso es lo que ofrece la Medicina Integrativa a los pacientes con VPH sólo o asociado con otras coinfeciones. Un tratamiento global nada agresivo con nutrición adecuada, suplementación ortomolecular con ácido fólico y vitaminas del grupo B, vitamina D, A, C, antioxidantes como licopeno y ácido lipoico y la potenciación del sistema inmune con microinmunoterapia y/o betaglucanos.
Buscar otras factores asociados cono contaminantes medioambientales, presencia de tóxicos es importante y otros virus reactivados como CMV, EBV.

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