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Comprender la nutrición es una tarea laboriosa y responsable, y entenderla es romper con la idea de que comer de todo es saludable y que nuestra educación sobre ella es innecesaria. En la mayoría de las veces esas creencias son limitantes e incluso no provienen de nosotros mismos. Entender la nutrición empieza por escucharse a uno mismo y observar el cuerpo en su totalidad, entender la naturaleza de las células o los microorganismos que lo habitan, cómo funciona la psique, las reacciones metabólicas que se producen en el organismo o comprender que se utilizan un sinfín de sustratos que el ser humano utiliza como combustible.
De esta manera, cuantificar las calorías en nuestra alimentación, sería como intentar reducir el desierto a un pequeño grano de arena.
Para comenzar, es importante saber a qué nos referimos cuando hablamos de kilocalorías. En un sentido estricto, las calorías son las unidades de calor que se necesitan para aumentar la temperatura de 1 gramo de agua 1 grado Celsius. En sentido coloquial, las calorías son las unidades que miden la cantidad de energía que existe en un alimento y que se libera en el organismo después de su metabolización.
Por otro lado, la cantidad de kilocalorías (kcal) que tiene el alimento se deriva de su contenido en macronutrientes.
Es por ello, que un gramo de hidratos de carbono aporta 4 kcal, 1 gramo de proteínas 4 kcal y 1 gramo de grasas 9 kcal. De acuerdo a estos conceptos, el desarrollo de la nutrición en la práctica clínica y deportiva se ha basado durante largo tiempo en la cuantificación de kilocalorías para ajustar los planes dietéticos. Sin embargo, esta práctica cada día está más en desuso, ya que los alimentos no son solo las calorías que contienen.
Es cierto que cada persona necesita consumir una cantidad de kilocalorías para cubrir sus necesidades energéticas diarias. Y también, que dicha cantidad variará en función de la edad, el sexo, la masa corporal o el grado de actividad física que realice. Pero aquí intervienen también otros factores: uno de ellos es el gasto energético basal, es decir, la cantidad de energía que consume el organismo en condiciones de reposo físico y mental para sustentar las funciones vitales; y otro es la energía necesaria para llevar a cabo todos los procesos bioquímicos que sustentan las funciones del organismo y sus estructuras.
Todos estos procesos no son iguales para todas las personas, ya que cada individuo utiliza las calorías de los alimentos de forma diferente de acuerdo a su propio metabolismo. Dicho metabolismo es el conjunto de procedimientos físicos y químicos por el que los seres vivos adquieren y utilizan la energía para llevar a cabo las funciones vitales. Estos procesos se alternan entre las rutas catabólicas (degradando nutrientes) o anabólicas (sintetizándolos) y su existencia y eficacia puede ser tremendamente diversa entre individuos.
Además de por la naturaleza de la particularidad humana, son varias las razones por lo que en la nutrición no tiene sentido contar kilocalorías:
Es muy importante distinguir entre alimentarse y nutrirse. Si comparamos alimentos con las mismas kilocalorías, podemos encontrar algunos con una gran riqueza nutricional y otros muy pobres. El organismo necesita células nutridas y sanas, por lo que la elección de la calidad del alimento y su riqueza nutricional es primordial.
Por lo tanto, es importante distinguir varios conceptos que a veces se tornan erróneos sobre las calorías:
Por un lado, los alimentos más calóricos no tienen por qué ser los más nutritivos. Los alimentos con más carga nutricional serán aquellos que contienen mayor cantidad de sustancias óptimas para nuestro cuerpo para realizar sus funciones, como las proteínas, las grasas o las vitaminas sin ser condición sin e quanum la cantidad de energía que aporten en forma de calorías.
Por otro lado, otro factor importante a tener en cuenta es despojarse de la creencia establecida de que los alimentos más calóricos son los que afectan al peso o a la acumulación de grasa. Dependiendo de la procedencia de la naturaleza de esas calorías nos ayudarán o no a perder peso. Los azúcares simples presentes en algunos alimentos son más responsables en la ganancia de peso que el consumo de grasas saludables que, por el contrario, promoverían un aumento en la modulación del hambre y saciedad o la movilización de grasa acumulada.
Existen alimentos que nutren y aportan sustancias vitales como el aceite de oliva, el pescado azul o las almendras con un elevado valor calórico, o bajos en calorías como las hortalizas y verduras tales como los calabacines, las judías verdes o las setas. Ambas opciones son perfectamente válidas dentro de una nutrición óptima y deberían combinarse para mantener un adecuado estado de salud. Por otra parte, hay alimentos que no aportan ningún valor real para el organismo independientes de sus calorías: alimentos procesados, comida rápida o incluso light. Entre estos productos se encuentran los que se han denominado kilocalorías vacías como el alcohol o los snacks, por ejemplo. En estos casos, se consumen calorías, normalmente en alto porcentaje. Sin embargo, el cuerpo no obtiene las sustancias necesarias para su funcionamiento. De esta manera, es habitual que el cuerpo demande alimento y quiera comer más veces de lo normal o por el contrario no exista esta demanda e igualmente el cuerpo se encuentre desnutrido.
Resumiendo, las calorías en los alimentos no son capaces de definir el valor nutricional del alimento. Se debe buscar el equilibrio en la alimentación, combinando alimentos calóricos con aquellos más ligeros, pero ambos con una adecuada densidad nutricional que signifique un alto aporte de sustancias nutritivas. También es principal enfocarse en la calidad, en la procedencia y en el contenido de sustancias esenciales que se encuentran en los alimentos. De esta manera, el cuerpo encontrará en el alimento el sustrato adecuado para mantenerse en equilibrio y producir su energía. Por último, es importante desechar de la rutina alimentaria los productos que aporten calorías vacías sin importar el número de estas, ya que lo verdaderamente importante se encuentra en la esencia del alimento.
Sara Rivero Gil
NºCol: MAD00752