Los trastornos del sueño son muy frecuentes en la población, afectando a una de cada tres personas. Ante este escenario, la Medicina del Sueño focaliza todos sus esfuerzos en desarrollar nuevas técnicas y terapias que permitan abordar los Trastornos del Sueño y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Nuestro sueño constituye uno de los ritmos biológicos más importantes y muchos pacientes crónicos ven alterada su calidad del sueño y otros biorritmos, suponiendo una dificultad añadida para su abordaje y tratamiento.

CMI – Clínica Medicina Integrativa pone en marcha Estudios de Cronobiología en colaboración con el “Departamento de Cronobiología y Sueño” de la Universidad de Murcia, para pacientes crónicos y con trastornos del sueño.

1. ¿Qué es la cronobiología?

La cronobiología es una ciencia que estudia los ritmos biológicos que ocurren de forma periódica y se reflejan en cambio previsibles en las funciones del organismo (fisiológicas, biológicas, metabólicas y comportamentales). El ritmo circadiano es aquel que oscila en torno a las 24 horas como, por ejemplo, nuestro ritmo ayuno-ingesta, el ritmo reposo-actividad o el ritmo sueño-vigilia. A nuestro cuerpo le gustan los contrastes, es decir, asociará actividad con ingesta y vigilia y, por el contrario, identificará reposo con ayuno y sueño. Cualquier factor ambiental o biológico que rompa esta interacción puede provocar una alteración de nuestros ritmos, tanto metabólicos, fisiológicos como emocionales y conductuales. Podremos sufrir insomnio, problemas gastrointestinales, sobrepeso, bajo estado de ánimo, falta de energía, estrés …Nuestra calidad de vida y nuestra salud en general se verán mermadas.
Hay cada vez más evidencia científica de que la cronodisrupción o alteración de nuestros ritmos biológicos está asociada al desarrollo de patologías crónica como obesidad, Síndrome metabólico, diabetes, hipertensión. Otros estudios también ponen de manifiesto que la cronodisrupción asociada a enfermedades como el cáncer, puede comprometer tanto la tolerabilidad del paciente al tratamiento oncológico como la eficacia del mismo.

2. Relación entre cronobiología, sueño y salud.

Un déficit de sueño acumulado o un sueño no reparador está directamente relacionado con un mayor índice de masa corporal, una alteración de nuestro eje Hipotálamo-Hipófisis – Adrenal, donde tanto las hormonas que nos predisponen a la actividad como las que nos hacen resistentes al estrés, ven alterados sus ritmos diarios. Nuestro ritmo vigilia-sueño está sincronizada con el ritmo luz-oscuridad. La melatonina es el principal mediador químico que informa a nuestro Sistema Nervioso Central (SNC) sobre cuando es de noche y preparar al organismo para entrar en reposo e inducir el sueño. Por tanto, la señal ambiental clave que desencadena la secreción de la melatonina (hormona del sueño), es la luminosidad ambiental. Esto se explica porque la luz ambiental que recibimos por la mañana lo que hace es dar instrucciones a nuestro SNC, a nivel del núcleo supraquiasmático, para que bloquee la síntesis de melatonina desde la glándula pineal. Cuando cae la noche, este bloqueo que ejerce la luz sobre la síntesis de nuestra hormona de sueño cesa, y las concentraciones de melatonina empiezan a subir, unas dos horas antes de que sintamos sueño, hasta llegar a un nivel máximo entre las dos o tres de la mañana, donde se sitúa nuestro “centro de sueño”.

3. Principales factores que pueden hacer que nuestro sueño no sea de calidad

Luminosidad. Una exposición anómala a la luz, tanto en intensidad como en espectro, puede alterar nuestro ritmo diario de melatonina provocando alteraciones del sueño. Además, es importante conocer si el momento de exposición a la luz es el correcto en el paciente. Suele suceder que exista un déficit de exposición a luz por la mañana y que, por el contrario, la exposición a luz nocturna sea elevada. Estaríamos hablando de “Polución lumínica”.
Temperatura ambiental y corporal. Para que podamos dormir, es necesario que la temperatura de nuestro sistema nerviosos central y de nuestros órganos disminuya para dar la orden al organismo de que es el momento del reposo. Para conseguir esto debemos lograr la “armonía térmica”. Una temperatura ambiental en el área de descanso y otro tipo de hábitos, como la dieta y la actividad física pueden interferir en el equilibro que debe existir entre nuestra Cronobiología y calidad del sueño temperatura central y nuestra temperatura periférica. Nuestro sueño se puede ver comprometido, aumentando la latencia, fraccionándose y provocando un sueño no reparador.
Actividad. Nuestro ritmo reposo-actividad es otro ritmo circadiano fundamental para nuestra salud e íntimamente relacionado con el ritmo sueño-vigilia y el ritmo ayuno-ingesta. El entender como el paciente distribuyen su actividad no solo a lo largo del día (variabilidad intradiaria) como a lo largo de la semana (variablidad interdiaria) es fundamental para entender si sus ritmos biológicos están bien establecidos. Nuestras rutinas deben ser constantes tanto a lo largo del día como entre semana. Esto quiere decir que, “Las rutinas, por muy aburridas que parezcan, nos hacen bien”.

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