La migraña, también llamada jaqueca, es una enfermedad que tiene como síntoma principal el dolor de cabeza, usualmente muy intenso e incapacitante para quien lo sufre. Es una afección muy frecuente, de base genética, que afecta entre el 12% y el 16% de la población general, siendo la incidencia más alta en las mujeres. Se debe distinguir la auténtica migraña de otros tipos de cefales o dolores de cabeza, tale como la cefalea tensional, que es mucho más usual, la cefalea en racimos y las cefaleas secundarias que pueden estar originadas por multitud de causas, como gripe, meningitis, traumatismos craneoencefálicos y tumores cerebrales.

El 80% de los pacientes migrañosos presentan su primer ataque antes de los 30 años. La enfermedad cursa con episodios de dolor agudo intercalados entre largos periodos libres de síntomas. la frecuencia de las crisis es muy variable, lo más usual es entre uno y cuatro episodios al mes que duran entre 4 y 72 horas, si no se realiza ningún tratamiento. El dolor suele ser de gran intensidad y se acompaña de sensibilidad a la luz (fotofobia), náuseas, vómitos y empeora claramente con la actividad física. Por ello los pacientes suelen retirarse a una habitación oscura y permanecer inactivos hasta que desaparecen los síntomas.

Se piensa que la migraña es causada por vasodilatación en cabeza y cuello, pero investigaciones más recientes sugieren que la causa del dolor es por la activación del nervio trigémino. Puede ser que los ataques sean ocasionados por la sobreactividad de las células nerviosas en ciertas áreas del cerebro. Entre los factores que pueden precipitar el dolor de migraña están el estrés, insomnio, café por su alto contenido de cafeína y el té, también por su alto contenido de teína. Hay también otros alimentos que por su contenido en aditivos y saborizantes pueden agudizar el cuadro.

La cefalea tensional es la más frecuente, presentándose con dolor en toda la cabeza de manera regular. Suele producirse por malas posturas, contracturas musculares o estrés. Las cefaleas agudas en personas sin antecedentes clínicos obligan a descartar hemorragia, tumor o meningitis. Las cefaleas recurrentes suelen ser de origen vascular. La Cefalea es una dolencia realmente compleja y por lo tanto a la hora de tratarla hay que considere muchos factores.

La Medicina Integrativa aborda ambas patologías de una manera integral, apoyándose en  la Psiconeuroinmunologia y en la nutrición ortomolecular. En el abordaje de estas patologías se incluirá una analítica y anamnesis exhaustiva, analizando posibles intolerancias alimentarias, hábitos nutriconales y detectando posibles déficit a nivel metabólico que puedan estar provocando el cuadro clínico.  A través de terapias manuales como la fisioterapia se valoraran posibles contracturas muscular a niver temporomandibular, trigémino y verificaremos el origen postural. Podemos actuar también desde el campo de la terapia neural, de la biorresonancia y complementar la suplementación ortomolecular con tratamiento homeopáticos o de fitoterapia. Las técnicas mente-cuerpo cobran protagonismo para aplicar tratamientos antiestrés, sesiones de psicoterapia grupal o individual, etc.

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