La candidiasis “recidivante” se define como cuatro o más episodios de candidiasis en un año. Cándida albicans es un hongo unicelular dimórfico cuya forma activa virulenta surgen como respuesta a cambios en el “ecosistema” microbiano donde se desarrolla, favoreciendo su proliferación y la de otras especies patógenas. Hay otro tipo de Cándidas: C. glabrata, C.parapsilosis, Ckrusei, C.tropicalis y otros organismos como Trihosporum responsables de patologías, pero la forma activa de C. albicans es la más virulenta y agresiva, al tener una alta capacidad de adhesión a superficies y mucosas. La coexistencias de diferentes especies de Candidas potencia el efecto patógeno de C. albicans, provocando un cuadro clínico más agudo y de mayor virulencia.

Síntomas como edema, picor, dolor al orinar o disuria, molestias perianales, coitalgias o escozor, son frecuentes y repetitivos a pesar del uso de medidas que los médicos plantean y de los antifúngicos tradicionales. Otras veces hay alteraciones del tiroides (hipotiroidismo), ataques de ansiedad, dolores articulares o musculares, cansancio desde primera hora de la mañana, irritabilidad …

Las cándidas vaginales de repetición pueden tener origen intestinal. Muchas ​pacientes con candidiasis crónicas presentan problemas intestinales asociados. Las pacientes presentan síntomas como estreñimiento o diarrea, indigestión, hinchazón e intolerancias a distintos alimentos. A nivel sistémico la candidiasis intestinal puede producir fatiga, pérdida de peso, depresión e irritabilidad. el abordaje de estos problemas en la medicina tradicional es el de tratar síntomas sin tener en cuenta que detrás de este diagnóstico hay un desequilibrio de la flora intestinal autóctona beneficiosa para el organismo. Además, el metabolismo de las cándidas resulta tóxico para nuestro organismo, por la producción y liberación de más de 70 sustancias tóxicas, algunas de ellas como el formaldehido o el ácido tartárico.

El desequilibrio intestinal provocado por la proliferación de cándidas, tiene como resultado final una alteración de la pared intestinal que afecta en su funcionalidad, permite la entrada de sustancias extrañas que estimulan permanentemente nuestro sistema inmunitario. Esta hiperactivación de la respuesta inmune provoca que partes del cuerpo (membranas sinoviales de las articulaciones, músculos, células tiroideas, piel …) sean reconocidas como extrañas y, en consecuencia atacadas, originando un proceso inflamatorio que puede llegar a cronificarse. De hecho, ya en los años 80 en los Estados Unidos, los trabajos pioneros de Orion Truss y Willian Crook señalaban la importancia que en pacientes crónicos con cuadros clínicos inflamatorios, tenia la presencia de cándidas intestinales.

En CMI – Clínica Medicina Integrativa aplicamos un nuevo modelo de actuación médica para abordar las infecciones recidivantes causadas por cándidas. En Medicina Integrativa se hace indispensable una valoración global del paciente, sobre todo considerando que las pruebas de laboratorio no garantizan el diagnóstico fiable de una candidiasis. Por ello, es de vital importancia basar el diagnóstico en el historial clínico, valorando aspectos como la sintomatología, los hábitos nutricionales, psicosociales y sexuales del paciente; la coincidencia de relaciones sexuales y crisis posterior por cándidas es frecuente. Es importante también, conocer el estado inmunológico del paciente y analizar posibles circunstancias que facilitan las reinfecciones.

La clave reside en realizar un diagnóstico adecuado, una valoración global y el diseño de una terapia personalizada que permita reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida de la paciente. El uso racional de acciones terapéuticas que luchan tanto contra la infección como contra las causas que facilitan las reinfecciones, el apoyo nutricional, la suplementación ortomolecular, permite abordar el trtamiento de la candidiasis recidivante con un enfoque más biológico, más natural y con menos efectos secundarios.

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